“Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana
que le ha antecedido, es hacer de cada hombre resumen del mundo viviente hasta
el día en que vive, es ponerlo a nivel de su tiempo para que flote sobre él y
no dejarlo debajo de su tiempo con lo que no podrá salir a flote, es preparar
el hombre para la vida.”
José Martí
Cuando el
octavo mes del calendario llega a su fin en muchos de los hogares de Las Tunas, como en toda Cuba, se viven intensas jornadas
mientras se ultiman detalles para garantizar el inicio del curso escolar que ya
toca a las puertas.
No es
casual entonces encontrar a la abuela, a la mamá o al papá dándole retoques a
los uniformes, asegurando los botones, lustrando zapatos y hasta preocupados
por el corte de cabello de sus muchachos.
Pero los
preparativos no quedan solo en casa.
En un esfuerzo conjunto entre las escuelas
y la comunidad se trabajó en el acondicionamiento de los centros de enseñanza,
con la rehabilitación de locales, limpieza e higienización, y el apoyo a la
reforestación del entorno en los planteles educacionales.
De igual forma
se acondicionaron laboratorios, se instalaron los medios audiovisuales, se
distribuyó la base material de estudio además de puntualizarse los programas de
clases.
Ajetreo
propio de la antesala del curso escolar que garantiza el éxito de una nueva
etapa que iniciará el 3 de septiembre cuando más de 88 mil estudiantes tuneros de
las diferentes enseñanzas se incorporarán a las aulas para iniciar el curso
escolar 2012-2013 que tiene como máxima
elevar la calidad de la preparación del claustro docente y continuar
perfeccionando el trabajo en la educación técnica profesional.
A los
pequeños, adolescentes y jóvenes les esperan las emociones, las travesuras, las
alegrías y esos conocimientos que abrazarán por el resto de la vida. A cambio
se le exigirá más dedicación al estudio y disciplina para que el proceso
docente educativo se realice con mayor eficiencia y que muchos de ellos
integren al final la fuerza calificada imprescindible para el desarrollo del
país o se formen como profesionales competentes, comprometidos con la sociedad
en que viven.
En todas
las enseñanzas estarán los imprescindibles maestros, alma de la escuela, guía y
ejemplo para sus alumnos y asegurarán la
reducción a 30 del número de alumnos por
aula, en las enseñanzas de secundaria básica y preuniversitaria.
Con el
sabor del comienzo las aulas se colmarán
de algarabía, ansiosos por el reencuentro con otros compañeros a quienes extrañaron
durante dos meses o temerosos los que se enfrentan a un mundo desconocido.
Una página
en la vida de cada educando, maestros y familiares está por escribirse y desde
ya se evocan la responsabilidad y el sacrificio. Comienza así un nuevo curso
escolar, fiesta y compromiso para la familia que contribuye a la formación de
sus hijos. Un acontecimiento que implica estudio y esfuerzo.
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