Este es parte del equipo de gimnasia artística del municipio de Las Tunas, categoría 7 y 8 años. Cada tarde practican en la Sala Polivalente de nuestra ciudad, siempre después de recibir un intenso programa docente en la escuela.
Entre estas niñas y niños se encuentra mi hija Amanda María. Distinguirla en el grupo es fácil porque ella es la más pequeña. Tiene solo cinco años y ya se estrena en los rigores del entrenamiento y las competencias.
En los topes competitivos los nervios no solo acuden a los atletas, sino también a los familiares que nos hacemos presentes para darles ánimo o simplemente compartir una jornada con nuestros pequeños. Válido para reconocer así a quienes se empeñan en lucir impecables en la barra de equilibrio o demuestran su flexibilidad. Ganar o perder no es lo más importante. El resultado se calibra entonces por el entusiasmo y el deseo de perfeccionar el trabajo. Todo por el codiciado sueño de
convertirse en deportistas de alto rendimiento en esa difícil especialidad.
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