Visitar
el Monumento al Cimarrón deviene encuentro con el pasado y una posibilidad
exclusiva de disfrutar un paisaje
espléndido desde lo alto del cerro donde se aprecian los restos de la
explotación de las minas de El
Cobre y el Santuario de la Virgen de la Caridad.
En la cima
se encuentra, como premio a la constancia del trayecto, una singular pieza de
bronce, hierro y otros metales que representa
un llamado inquebrantable a la defensa de la memoria histórica, que
atesora un sinnúmero de leyendas relacionadas con las ansias libertarias.
Esta
obra escultórica de Alberto
Lescay se erige
majestuosa como signo que eterniza la presencia de aquellos hombres de raza
negra que se levantaron contra el inhumano flagelo de la esclavitud.
Punto
culminante de la Ruta del Esclavo, con casi 10 metros de altura, es
muy frecuentado este sitio por turistas y constituye un escenario ideal para
las ceremonias en los Festivales del Caribe.
Quienes pasan
por allí sienten ahora las bondades de un ascenso menos complicado, gracias a la
construcción de una escalera de más de 300 peldaños, principal acción de
remodelación a que fue sometido recientemente ese lugar, como necesaria
alternativa.Impresionante resulta también en medio de este paisaje la Galería de arte Cielo Abierto y la belleza natural del llamado Lago Azul por el intenso color que impregna el sulfato de cobre a sus aguas, complementos de un conjunto declarado Monumento Nacional del Paisaje Cultural de El Cobre, por la UNESCO, dada su vinculación a la religión, la esclavitud y la minería.
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