Cientos de católicos de Las Tunas en representación de las comunidades de San Jerónimo, San Juan Bosco y Las Religiosas de María Inmaculada asistieron a la misa que el Papa Benedicto XVI celebró en Santiago de Cuba, acontecimiento que deviene histórico por ser la primera celebración eucarística del Santo Padre en Cuba.
En una caravana que parecía interminable y resultaba llamativa ante los ojos de pobladores a ambos lados del camino entre Las Tunas y la Ciudad Heróica, transcurrió el trayecto que duró desde la madrugada hasta pasado el mediodía y que se hizo ameno gracias a las oraciones, las dinámicas de grupo, los cantos marianos y otros temas conocidos de la música cubana como La guantanamera.
Religiosidad y cubanía se combinaron en una jornada inolvidable para muchos en la cual la organización, disciplina y unidad fueron rasgos distintivos pues se aunaron voluntades entre representantes de la iglesia, el gobierno y pueblo en general para que la acogida al Sumo Pontífice fuera un éxito.
Creyentes y no creyentes de varias regiones del país, entre ellos los peregrinos tuneros, se concentraron en las afueras de la ciudad santiaguera y luego caminaron aproximadamente 3 kilómetros hasta la Plaza Antonio Maceo donde ya se encontraba todo listo para la misa papal.
El momento en que hizo su entrada en la Plaza la Imagen de la Virgen María en su advocación de la Caridad del Cobre que en este año 2012 celebra los 400 años de su hallazgo y presencia en tierra cubana fue uno de los momentos más significativos del ya histórico 26 de marzo.
La Patrona de Cuba, supo unir bajo su manto maternal a un pueblo que la aclamó con devoción, que lloró, agradeció y suplicó a su paso. Ante Ella se encomendaron las familias de este hermoso archipiélago.
La llegada del Sumo Pontífice en el papamóvil también arrancó aplausos y ovaciones. Igual sucedió cuando se anunció la presencia del presidente Raúl Castro Ruz.
Casi entrada la noche al finalizar la eucaristía la inminente amenaza de lluvia resultó una refrescante llovizna y fue recibida como anuncio de bendiciones.
El regreso al Balcón del Oriente Cubano tomó una noche entera. La delegación tunera arribó cerca de las 5 de la madrugada del siguiente día. Fueron 24 horas espléndidas, llenas de gozo en las cuales el cansancio quedó para después.
No hay comentarios:
Publicar un comentario