Buscamos libros, revistas… es decir, al no tener ni la remota práctica en asuntos de embarazos, lactancia y cuidados de los infantes; necesitábamos irremediablemente la teoría para desempeñar el mejor papel de papá y mamá.
Fue así como descubrimos el buen consejo de cargar al niño o la niña en una posición poco usual. Consistía en poner al bebé

De tal modo se recomendaba sostenerlos para que se sintieran cómodos, relajados y seguros.
Cuando José Al

De la misma manera lo hizo con Amanda María.
Por las caras suponemos que dio resultado y como raras veces sucede teoría y práctica coincidieron.
Eso sí, el padre, aprovechó esa etapa por aquello de “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”. Ahora con 7 y 5 años cada uno es imposible soportarlos más de diez minutos cargados, y menos en esa posición. Solo quedó este lindo recuerdo plasmado en las fotografías.
Las más recientes, en el futuro también serán parte de la memoria.
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