
Deborah de Jesús Rodríguez Oduardo.
“Desde muy pequeña me gusta cantar y bailar, es algo que nació conmigo y por eso lo hago a placer. Además tuve la oportunidad de tener a mi mamá apoyándome en todo.
“También me trajeron a la Casa de la Cultura, lugar en el cual de conjunto con las instructoras he podido desarrollar mi talento. A través de la música he aprendido a trasmitir un mensaje a las personas que me escuchan”
Hace dos años que estudia flauta en la Escuela Vocacional de Arte el Cucalambé y su tiempo transcurre entre la escuela y el proyecto La Colmenita del Balcón, motivaciones que la hacen ser mejor cada día.
“Llegar a la escuela de arte es una gran posibilidad porque ahí están las personas que te pueden enseñar y además me siento muy contenta por tocar la flauta, un instrumento de viento bien difícil, pero que me da la posibilidad de aprender más y la Colmenita es una gran escuela, en la cual puedo desarrollar mi talento es los espectáculos e interactuar con otros niños artistas y los niños que aprecian el arte que le mostramos.
“Me he presentado en grandes escenarios de la provincia y también tuve el privilegio de de actuar en Cantándole al Sol e interpretar una canción para los niños de Las Tunas y de Cuba”.
Su mamá siempre la ha acompañado a la hora de hacer sus sueños realidades.
“Mi mamá es lo más grande, a ella le debo todo lo que he logrado hasta ahora al igual que a mi papá, mi abuela y mi hermana. Mi mamá es un apoyo todos los días”.
Para el futuro Deborah de Jesús Rodríguez Oduardo sueña en grande y su principal anhelo es ser una gran artista.
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