El 15 de mayo se celebra, desde el año 1994, el Día Internacional de la familia.
Este día deviene ocasión para adoptar medidas e implementar iniciativas
que favorezcan esta institución viva y universal en la que educamos y
somos educados, en la que se afianzan valores y se trasmiten hábitos y
costumbres de generación en generación.
Como primera escuela de
las relaciones humanas, es el hogar espacio indispensable para la
preparación de cada uno de sus miembros. Al mismo tiempo, la familia se
convierte en una especie de laboratorio que refleja y se ve reflejada en
las circunstancias sociales, muestra de que una coherente vida familiar
supone un marco idóneo para desarrollar hombres y mujeres íntegros como
la sociedad necesita.
Sin
embargo, no son pocos los que opinan que la familia está en crisis. Se
habla de incontables dificultades y de la desintegración con una visión
catastrófica sobre el asunto.
Cierto es que son muchos los problemas que a diario afectan a la familia, que no todo es color de rosas y urge convocar al
afecto, la disciplina, el respeto mutuo y la aceptación entre padres,
hijos, abuelos… para lograr una armonía plena y mayor satisfacción de
quienes conviven bajo un mismo techo.
El contexto en que se desenvuelven los individuos representa un factor clave en su formación cívica. De ahí que en
los tiempos actuales también se diga con énfasis que la familia no es
el problema, sino la solución a tantos y tantos conflictos que hoy se
generan a nivel social.
En el mensaje que en este 2013 hace el secretariado de la Organización de Naciones Unidas
a propósito de la efeméride se insiste en que "La familia es el
elemento que aglutina a las sociedades, y las relaciones entre las
generaciones perpetúan este legado en el curso del tiempo. Este año, el
Día Internacional de la Familia es una ocasión para celebrar los
vínculos que existen entre todos los miembros de la constelación que
conforma una familia. También es una oportunidad para reflexionar sobre
el modo en que inciden en ellos las tendencias sociales y económicas, y
sobre lo que podemos hacer para fortalecer a las familias en respuesta a
ello."
En
un entorno de familias diversas la obligación sigue siendo el
reconocimiento y el respeto a esa diversidad, que entre todos sean
solidarios, se protejan y contribuyan al bienestar y la dignidad de sus
miembros, independientemente de sus opciones en la vida.
Mientras
tanto, prevalece ese espacio insustituible donde compartimos sueños,
fracasos, preocupaciones, alegrías y tristezas. Un pequeño universo en
el cual disfrutamos de la llegada de un nuevo miembro, festejamos
cumpleaños, extrañamos a quienes están lejos o sufrimos por los que se
van para siempre.
En
este grupo, con más fortalezas que debilidades, definido como personas
emparentadas entre sí, reñimos y perdonamos, amamos y afianzamos valores
para juntos y, como célula de una sociedad, construir un futuro mejor.
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