La expresión chupete electrónico
pudiera causar risa de primera instancia. Sin embargo, sus efectos
nocivos sobre el comportamiento de los pequeños de casa obligan a
tomarla más en serio.
Al tema se refirieron, recientemente, destacados especialistas en la Mesa Redonda que transmitió la televisión cubana el pasado 15 de mayo, en ocasión del Día Internacional de la Familia.
Se
insistió en los daños que provoca, al buen desarrollo de la conducta de
los infantes, las interminables horas de juegos en la computadora,
frente a la pantalla de la TV o equipos de videos.
En Cuba
se aprecia una fuerte tendencia en las nuevas generaciones a concederle
un lugar privilegiado a la tecnología. Es así como se reducen los
horarios que pueden dedicar al entretenimiento sano, la lectura, o el
compartir con amigos y otros miembros del hogar.
Igual sucede en
la mayoría de los países, donde internet, el chat, los mensajes de texto
al celular, los envíos de un e-mail y las redes sociales, por ejemplo Facebook, mantienen prácticamente enajenados a los jóvenes.
Como una seria amenaza a la comunicación se catalogan estos “chupetes electrónicos”,
los cuales se aceptan con el noble propósito de que los niños
permanezcan tranquilos en casa. Pero como siempre el exceso es malo, lo
que pudiera dar un poco de sosiego a los padres se revierte en tiempo
limitado para el estudio individual y el desarrollo social pleno de los
hijos.
Los expertos coinciden en que estas herramientas
comunicativas y de esparcimiento no deben ser demonizadas, pues resultan
también un instrumento eficaz para el enriquecimiento humano y la
distracción. Por tanto, no están exentos de ampliar la visión del mundo y
promover adecuadas conductas.
Dirían en otro popular programa
televisivo de Cuba que “se trata de ofrecer la dosis exacta”, siendo
conscientes de que el mal uso o abuso crea hábitos y acarrea negativas
consecuencias emocionales, físicas e intelectuales.
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