lunes, 15 de abril de 2013

Un símbolo que nos une



La Patrona de Cuba

Caridad es sinónimo de compasión, indulgencia, piedad, misericordia, humanidad, gracia… Todos esos significados son relativos al nombre de la VirgenMaría que bajo esa advocación y  tras 400 años de su hallazgo y presencia en Cuba deviene símbolo de esta nación. 
Fueron  los tres Juanes quienes  fueron en una canoa en busca de sal. Cuando salían de Cayo Francés,  en la Bahía de Nipe, observaron algo sobre las aguas; al acercarse vieron que se trataba de una imagen de  la Virgen flotando encima de una tablilla donde se podía leer: "Yo Soy LaVirgen de La Caridad".
Patrona fue el solemne nombramiento  que le hizo el Papa Benedicto XV en el año 1916 y entre los que luchaban en la manigua por la independencia de la Patria se conoció como la Virgen Mambisa, un sobrenombre que tiene su origen en la tradición oral con la  certeza  de que Ella acompañaba y protegía a los cubanos animados por la causa libertaria durante la Guerra de Independencia.
De hecho, para sentir cercana su presencia, en los sombreros de los miembros del Ejército Libertador era común entonces encontrar una cinta, conocida como la medida de la Virgen, que tenía la misma longitud de aquella que se guarda celosamente en poblado de El Cobre, en la oriental provincia de Santiago de Cuba.

La Santa Imagen colgaba del cuello atada en rústicos collares que portaban los Rebeldes que pelearon en la Sierra Maestra y fue compañía también para los jóvenes combatientes en misiones internacionalistas.
Su nombre se popularizó en canciones, siendo Mi veneración, de Noemí Matos, uno de los temas más conocidos en la interpretación del Trío Matamoros.
Ahora se reconoce en el CD-DVD La Caridad del Cobre, Virgen de la Esperanza, el cual  se alzó con uno de los premios especiales en el Cubadisco 2012.
Poetas y artistas de la plástica la agasajaron también para poco a poco hacerse forjadora de la idiosincrasia de este pueblo e inseparable de la cultura cubana como lo son también la palma real y la mariposa blanca.
El bardo tunero JuanCristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé), fue uno de los primeros en dirigirle décimas.
Por eso y tanto en las celebraciones eucarísticas de la IglesiaCatólica se coloca la Bandera de la estrella solitaria junto a su Imagen, la cual en su elegante atuendo trae bordado el Escudo de la Palma Real y cada 8 de septiembre, Día de su Santo, se entonan con fuerza y emoción al cierre de la misa las notas del Himno de Bayamo.
Hoy quienes visitan su Santuario, declarado junto al paisaje que lo circunda  Monumento Nacional, siempre encuentran el altar lleno de flores, velas, medallas de deportistas, títulos de graduados universitarios… recuerdos agradecidos llevados como expresión de fe y amor, en los cuales se descubren alegrías, sufrimientos, anhelos, sueños y realidades  de gente que espera y agradece.
Una historia enriquecida por un pueblo que la respeta y le manifiesta su cariño con tal confianza que algunos prefieren llamarla,  simplemente,  Cachita.
Vestir de amarillo en ocasión de su fiesta patronal, presentarle ante su altar a los recién nacidos, regalarle girasoles, encomendarse a su amparo maternal ante cualquier adversidad, colocar un cuadro con su imagen en la casa, llevarla en un llavero o portar su estampa en la billetera, entre otros gestos,  son costumbres que se arraigan y se transmiten de generación en generación.
En el año 1998 el Papa Juan Pablo II la coronó como Reina y recientemente Benedicto XVI quien visitó esta tierra como peregrino de la Caridad le obsequió una Rosa de Oro y resumió su sentir en la frase: “Pido a Nuestra Señora de la Caridad del Cobre que proteja con su manto a todos los cubanos ¡Hasta siempre, Cuba, tierra embellecida por la presencia materna de María!
Desde aquel 1612 Ella se quiere por lo que representa, tanto para los creyentes que la acogen como Madre de Dios, como para muchos cubanos que, donde quiera que estén, la identifican como algo muy suyo.

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