Cuando Nirma
María Escobar Bajuelo y José Rufino Ibarra Pérez aquel 30 de septiembre de 1956
prometieron ante el altar amarse y respetarse en la salud y en la enfermedad,
en la riqueza y en la pobreza… hasta que la muerte los separe; iniciaron un
matrimonio que ahora despierta la admiración entre muchas persona.
Estos protagonistas de una historia de amor común y
a la vez especial ya rozan las ocho décadas de existencia. Durante este tiempo algunas
pruebas duras les ha puesto la vida, tan difíciles como las de haber perdido a
su hija, yerno y nieta en un accidente automovilístico.
Hoy comparten con su otro hijo y nietos, entre
achaques y recuerdos, en sus habituales actividades domésticas. Ambos vinculados
a un círculo
de abuelos aquí en la ciudad de Las Tunas; sintiéndose felices y agradecidos porque un día
se encontraron y siguen fiel al juramento de permanecer juntos toda la vida.