Las
Tunas.- Revitalizar las más auténticas tradiciones de este pueblo fue
uno de los propósitos de la fiesta protagonizada este 9 de febrero por
niños y niñas del centro escolar Mártires del 28 de diciembre, de la cabecera provincial, ubicada a unos 690 kilómetros al este de La Habana.
Con un genuino guateque se le rindió tributo a Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé), el poeta bucólico más importante del siglo XIX en Cuba, como parte del proyecto cultural “Retoños de El Cucalambé’’, que por sus positivas experiencias en el año 2003 obtuvo el Premio de Cultura Comunitaria.
El
peculiar festejo contó con la presencia de Fernando de Ávila, director
del Área de Creación del Centro Nacional de Casas de Cultura, y además
participaron metodólogos de las diferentes manifestaciones artísticas en
el país, quienes compartieron un momento que devino viaje a nuestras
raíces.
No
faltaron entonces los elementos de la cultura material y espiritual del
campesinado, las décimas, las danzas, semblanzas históricas,
escenificaciones, los platos característicos de la cocina cubana y hasta
se aprovechó la oportunidad para un concurso de mascotas.
Para
lograr un ambiente propicio el plantel enclavado en la calle que lleva
el nombre del insigne bardo tunero se adornó con elementos distintivos
de la campiña y se exhibieron vestuarios a la usanza de las zonas
rurales: los varones con sombreros de yarey y las hembras con típicas
batas.
Otro
de los objetivos de la actividad, que se integra a las cucalambeanas de
base, fue exponer los resultados de la labor sistemática que
desarrollan los instructores de la Casa de Cultura Tomasa Varona,
familiares, pioneros y maestros en aras de la formación del talento
artístico; tomando a la escuela como el más importante centro cultural
de la comunidad.
Cada
año en el mes de junio se celebra la Jornada Cucalambeana, a cuyo
programa se incorporan habitualmente exposiciones de artesanía y artes
plásticas, espectáculos, certámenes de improvisación y literatura así
como juegos tradicionales y actuaciones de agrupaciones musicales.
Desde 1968 poetas, repentistas, músicos, escritores, artesanos y pintores se reúnen en la finca El Cornito,
a cinco kilómetros de esta ciudad, para homenajear a la figura
prominente de la espinela en el propio lugar donde concibió gran parte
de su obra.
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