En Cuba cada Primero de Mayo se convierte en una gran fiesta de los trabajadores y sus familiares que se reúnen para desfilar juntos.
Desde temprano mamá, papá y los más pequeños de la casa acuden a los puntos de concentración, vistiendo los colores de la enseña nacional, con banderas y carteles que identifican a su sindicato laboral.
Es este día una jornada que se vive intensamente desde el amanecer hasta bien entrada la tarde, pues no pocos luego del desfile frente a la Plaza se quedan entre amigos compartiendo en bailables o llevan a sus hijos a las áreas de recreación.
El Día Internacional de los Trabajadores es aquí más que una efeméride; la fecha deviene momento oportuno para proponernos metas, unirnos en el deseo de ser más productivos en la labor que desempeñamos, lograr mayor eficiencia en nuestro diario quehacer, trabajar duro para resolver nuestras necesidades, que dicho en buen cubano, es sencillamente esforzarnos al máximo y echar pa’lante.
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