El caricaturista Ramsés Morales Izquierdo presentó recientemente su exposición Yo cuido el Patrimonio, ¿y tú?, en la casa de los periodistas de Las Tunas.
Desde Trinidad, municipio de la provincia de Sancti Spíritus, en el centro de Cuba, llegó este joven con una propuesta sui géneris.
Veinte caricaturas conforman la muestra, que revela el gran sentido del humor del artista, quien clama, a través de sus dibujos, por la formación de una conciencia en niños, jóvenes y adultos, sobre la necesidad urgente de conocer y conservar el patrimonio cultural cubano.
¨Antes de restaurar el patrimonio, primero tenemos que restaurar al ser humano, porque qué hacemos con cuidar una casa y no las familias que la habitan¨. Criterios tan serios y profundos nos transmitió Ramsés en una conferencia, que más bien devino conversatorio con otros caricaturistas del territorio.
Yo cuido el Patrimonio, ¿y tú?, da título también a una de las publicaciones de la Oficina del Conservador de Trinidad y el Valle de los Ingenios, cuyo objetivo es proveer a la gente de un documento que los entretenga y a la vez los enseñe sobre cómo cuidar las obras arquitectónicas de gran valor, las cuales muchas veces no se conocen y el propio pueblo no las estima.
Desde Trinidad, municipio de la provincia de Sancti Spíritus, en el centro de Cuba, llegó este joven con una propuesta sui géneris.
Veinte caricaturas conforman la muestra, que revela el gran sentido del humor del artista, quien clama, a través de sus dibujos, por la formación de una conciencia en niños, jóvenes y adultos, sobre la necesidad urgente de conocer y conservar el patrimonio cultural cubano.
¨Antes de restaurar el patrimonio, primero tenemos que restaurar al ser humano, porque qué hacemos con cuidar una casa y no las familias que la habitan¨. Criterios tan serios y profundos nos transmitió Ramsés en una conferencia, que más bien devino conversatorio con otros caricaturistas del territorio.
Yo cuido el Patrimonio, ¿y tú?, da título también a una de las publicaciones de la Oficina del Conservador de Trinidad y el Valle de los Ingenios, cuyo objetivo es proveer a la gente de un documento que los entretenga y a la vez los enseñe sobre cómo cuidar las obras arquitectónicas de gran valor, las cuales muchas veces no se conocen y el propio pueblo no las estima.
Ramsés también publicó el libro de historietas Volver a Trinidad, en el cual refleja el desconocimiento que aún prevalece en la población sobre este tema tan sensible.
En el folleto, confeccionado a modo de historietas, aparece el personaje de Armando Casas que en la realidad existe con el nombre de Víctor Echenagusía Peña y es en Trinidad un hombre amante y defensor de su ciudad.
Además interviene una pareja que estudia arte en la capital, ella de la propia Habana y él de Trinidad. Los dos tienen que enfrentarse a un trabajo investigativo, deciden hacerlo en la ciudad Trinitaria y para sorpresa de todos se van dando cuenta a medida que avanza la trama que el joven desconocía muchas cosas importantes de su pueblo, a pesar de ser su lugar de origen.
Además interviene una pareja que estudia arte en la capital, ella de la propia Habana y él de Trinidad. Los dos tienen que enfrentarse a un trabajo investigativo, deciden hacerlo en la ciudad Trinitaria y para sorpresa de todos se van dando cuenta a medida que avanza la trama que el joven desconocía muchas cosas importantes de su pueblo, a pesar de ser su lugar de origen.
Sobre este mismo tema salió a la luz recientemente Alejandro de Humboldt, de La Habana a Trinidad, historieta dirigida principalmente a los niños, quienes, según su autor, “son el público que mejor asimila e interioriza las caricaturas intencionadas.”
En la mesa de diseño de este joven trinitario se encuentra también El Valle de los Ingenios, una aventura por vivir.
Foto de Tiempo 21.
En la mesa de diseño de este joven trinitario se encuentra también El Valle de los Ingenios, una aventura por vivir.
Foto de Tiempo 21.