lunes, 23 de enero de 2017
Recuerdos de Ondina Verdecie, mi primera maestra
Las Tunas.- Ondina Verdecie Pérez es una de las personas que han marcado mi vida y la de muchos otros tuneros que tuvimos el privilegio de ser sus alumnos. Fue mi primera maestra y con orgullo insisto, fue una maestra de primera.
Imborrable resultan para mí las imágenes de la acogedora aula donde impartía sus clases, muy limpia, decorada con las más inusuales manualidades, con láminas y plantas. En medio de la algarabía de tantas niñas y niños, mi maestra, siempre elegante, activa en los juegos, ensayando coros, formando una banda rítmica, insistiendo en que mejoráramos los trazos, en que identificáramos los colores y las formas de las figuras geométricas.
Ella tenía una limitación física que le dificultaba el andar; pero eso nunca fue un impedimento para asumir retos e inculcarnos el valor para sobreponernos a las dificultades. Así nos lo enseñó y así lo aprendimos tantos que ahora, como yo, la recordamos.
Como buenos discípulos tratamos de aprovechar sus lecciones de puntualidad, el amor a la patria, responsabilidad ante el estudio y disciplina. Cada uno agradecido por la gran artífice en el inicio de nuestras vidas, la segunda madre, que con rigor y a fuerza de ejemplo nos educó y estimuló las ganas de aprender para llegar a ser personas íntegras en el futuro.
Un sacrificio enorme exige ser maestra, con vocación no basta. Se necesita además una alta dosis de amor, de entrega… Para eso hay que nacer y de ahí crece el prestigio, el reconocimiento.
Con ello se gana el agradecimiento eterno de tantos hombres y mujeres hacia sus profesores, principalmente a los primeros, como Ondina, inolvidable, aunque ya no esté físicamente.
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