Las Tunas pierde HOY a uno de sus mejores hijos. Así lo resumió el periodista Miguel Díaz Nápoles en referencia a Miguel López Montes, un símbolo de la locución radial en Las Tunas,
falleció hoy en esta ciudad como consecuencia de una insuficiencia renal
crónica,
López trabajó en la radio por más de 50 años, primero en Camagüey y
luego en Las Tunas, donde echó ancla un buen día de 1962 para formar
parte inseparable de este pueblo, acostumbrado a escucharlo en el
programa campesino o en los “mexicanos”, como espacios que lo han
marcado a él y a miles de oyentes de este territorio.
Sus inicios en la radio datan de antes del triunfo de la Revolución,
en 1959, cuando el Padre Chagui era el párroco de la iglesia de La
Caridad y tenía un programa en Radio Camagüey y a él le llamaba la
atención aquello, y habló con el cura para ver si necesitaba un locutor,
y partir de ahí no pudo separarse más del medio, porque los domingos
iba a hacer sus pequeños trabajos como locutor en el programa de El
Padre.
Aunque se graduó de mecánico automotor, a López lo que le gustaba era
la locución y la siquiatría, pero estaba un poco indeciso porque le
gustaba más la locución y en una oportunidad su papá le dijo: «bueno
muchachito ¿qué vas a ser, psiquiatra o locutor?». Y él le dijo: «me voy
para la locución»
Pero la locución le venía de mucho más atrás… Dicen que se ponía como
un loco en el patio con dos latitas conectadas a un hilo en la finca de
sus padres, y en las vacaciones y en los momentos después del estudio,
cogía un palo y lo pintaba de aluminio, y preparaba una latita
preferentemente del talco Mabis, le hacía unos hoyitos, la ponía en el
palito con un supuesto cable y cogía periódicos, revistas y se ponía a
leer allí.
« Y ahora vamos a ofrecer un boletín de noticias», decía en su
imaginación, y la madre lo por la ventana: «muchaaaaaacho ven para
acá», y él seguía allí.
Ya en serio comenzó su trabajo en la emisora CMJK, de Camagüey, y
allí hizo de todo: comencó de recepcionista, después cobrando anuncios
comerciales, y lo ponían a dar la hora y en algún que otro programita
musical y se fue metiendo en ese mundo porque lo hacía bien, hasta que
en 1959 se evalúo como locutor profesional.
Asì un día llegó a Las Tunas e hizo época con otros buenos locutores
del momento, como Cofresí, Urbino, Neydo Arsenio, Oraldo Solís, y más
acá en el tiempo Jorge Carbonell, Gerardo Alfonso, entre otros.
Ya jubilado desde hace algunos años, López enfermó y se mantenía vivo
con tratamiento de hemodiálisis, y la insuficiencia fue destruyendo su
valiosa vida hasta que dejó de existir hoy.
Con su partida, la radio cubana pierde a uno de sus mejores
exponentes, a quien por su brillante obra en su profesión el Instituto
Cubano de Radio y Televisión le confirieron el título de Artista
Demérito de la Radio y la Televisión cubanas.
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