Esther de la Cruz Castillejo
Las Tunas-. El noticiero provincial de radio en Las Tunas debe su
nombre a la marca de las cintas de máquina de escribir que estaban de
moda entre los periodistas de este pedazo de Cuba allá por julio de
1980, época esta en la que un grupo de profesionales se dio a la tarea
de, finalmente, concretar un proyecto integral de noticiero: Impacto.El periodista Enrique José Villegas, todavía en activo, me lo contó entre sonrisas y también me dijo santo y seña de otros muchos detalles de tan querido programa. Y sí, “tan querido” porque no existe periodista radial de Las Tunas toda que no sienta un poquito por esos 27 minutos de informaciones actuales, de análisis sobre los dilemas locales más apremiantes y también de difusión de la vida sencilla de este lugar y su gente.
Impacto es una escuela para el que llega, un termómetro para el que está y todo un desafío para su colectivo realizador; personas que lidian con los problemas cotidianos de las redacciones, la presión del cierre, las ausencias de último minuto y… al final, ponen la mejor de las voces, la más aguda de las escuchas y toda la atención del mundo cuando arranca, al fin: Buenas tardes….
Ha tenido momentos más y menos felices; todavía se recuerdan los años cruentos del Período especial, en los 90, y los pliegos de papel carbón tiñendo las manos de los redactores para ser utilizados y otra vez y hasta el cansancio en aras de que la información quedara legible a los locutores y el oyente la recibiera fresca, directa, atinada, justo como debía ser.
Se ríe el colectivo de estos días de las anécdotas, cuando eran tiempos de editar con cintas y un calor de los infiernos en aquel cuartito pequeño de la “otra emisora” (como le llaman ahora a la sede anterior de radio Victoria).
Rememoran lo deteriorado del local de antaño y algunos refieren del hueco – literalmente hablando- que había en el piso del sitio, justo donde grababan los periodistas las informaciones para el noticiero y parecía que en cualquier momento aquello se iba a caer y usted terminaría en el escenario del cine Tunas (que estaba debajo del local) en medio de una función de ballet o de Teatro o de cualquier cosa.
Nombres ilustres han prestigiado a Impacto: Neydo Arsenio García, Alfonso Naranjo Rosabal, Rosa Velásquez Pérez, Oraldo Solís, Luis Rodolfo Serra, Rafael Labrada, Gerardo Alfonso, Miguel Díaz, Agustín Rojas, Luis Manuel Quesada, Abel Peña… y tantos más. Algunos de ellos no están ya para contar la historia pero los que sí, se enternecen, se amontonan, se agigantan cuando dicen: “¿te acuerdas?, y ahí, sin más, salta el cuento”.
Claro, la historia de los noticieros por acá es más antigua; viene de la mano de la llegada misma de la radiodifusión a estas tierras porque toda emisora que se preciara tenía un espacio para dar noticias. Pasa que antes eran leídas directamente de los periódicos, sin un lenguaje propio y hasta existió un tiempo en el que se hacía un solo noticiero, llamado El municipio Informa, para las tres emisoras que tenía entonces Las Tunas.
Los años han ido marcando los desafíos y es el de ahora un colectivo unido y deseoso de crecer al ritmo de estos tiempos, de dar la información esa que tanto se espera y hacerlo con un discurso fresco y dinámico. Su actual directora, la periodista Ada Cristina Higuera Tur, asegura que esa es justamente la mayor fortaleza de Impacto: la gente que hace posible cada salida al aire.
Sonrió contando de Jorge Carbonell, el conductor habitual, un hombre seguro y talentosísimo que siempre llega a tiempo para la prueba de mesa, “no sé cómo lo hace – cuenta Ada- pero puede estar cayendo un aguacero de los interminables y cuando yo llego al estudio central ahí está Jorge, sequito y perfumado como su hubiera caído del cielo, con un paraguas enorme al lado y listo”.
Las palmas también las da para Francisco Zamora, Pancho, el realizador de sonido, todo un personaje dentro de la dinámica del departamento informativo de Radio Victoria y un apasionado de las emisiones más calmas, esas que no llevan el embrujo de lo que acaba de suceder y le permiten recrearse en el detalle de la salida al aire.
Así son: Galina, con sus ocurrencias, los redactores, encausando las notas que llegan; Yusdel, lidiando con la edición desde las mañanas y cada reportero aportando lo suyo, con tino, alguna que otra errata y muchos deseos.
¿Perfectos?, para nada; ¿orgullos?, seguro sí. Parte de una historia mayúscula tejida de a poquito, en el calor del día tras día en horas y años que se han vuelto décadas y encierran el sudor y las ganas de generaciones de periodistas radiales en esta provincia. Las palmas entonces para Impacto, parte importante del empeño por más de la radio en Cuba.
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