miércoles, 4 de diciembre de 2013

La Villa Azul de Cuba

Miguel Díaz Nápoles
migueldn@rvictoria.icrt.cu

La ciudad de Puerto Padre fue fundada en 1851, época en que la región tenía su desenvolvimiento y riqueza de los ingenios.

Existe una leyenda sobre el origen de su nombre vinculada con el gran Almirante Cristóbal Colón, cuando al navegar por aguas cercanas al sitio, un marinero, deslumbrado por la belleza que la naturaleza desplegaba ante sus ojos, le dijo a un sacerdote: ¡Qué puerto, padre!. Sin embargo, los historiadores aseguran que en las carabelas no viajaba ningún cura.
Otra hipótesis sobre el nombre de la localidad está en el naufragio de un padre en las costas de la bahía, o la polémica idea de que el nombre deriva de San Salvador, primer sitio visitado por el Almirante en Cuba.
Iglesia San José.Iglesia San José.En 1898, durante la intervención americana que se estableció al cesar España en su dominio, el gobernador militar norteamericano del distrito de Holguín, en atención al número de sus habitantes y la magnífica posición geográfica y estratégica de la bahía, creó su ayuntamiento, habilitó su puerto para la importación y exportación con aduana, correos y demás servicios públicos de administración.

La Villa Azul de los Molinos, como se le conoce a Puerto Padre, se destaca por su producción agropecuaria, el turismo y sus arraigos culturales y el epíteto está motivado quizás por la azulada tonalidad de su mar y de su cielo y en virtud del gran número de esos aparatos de viento que funcionaban en la comarca y su economía de Puerto Padre se basa en la agricultura destinada a apoyar las producciones de la industria azucarera y sus derivados, principalmente.

El máximo exponente de la industria es el central Antonio Guiteras, enclavado en la localidad de Delicias, mayor productor de azúcar crudo del país.

El patrimonio del municipio cuenta con una importante colección de piezas aborígenes, entre las más valiosas del país. Esas piezas denotan la cultura material y espiritual de estos aborígenes.

Tierra rica en cultura y tradiciones, hoy Puerto Padre mantiene su historia por la entereza de sus hijos, que no descansan en el afán de desarrollo en todos los campos del saber humano, y cada día se refuerza más su sobrenombre de Villa Azul de los Molinos.

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