jueves, 17 de junio de 2010

Abuelos

Mis abuelos tuvieron en común más que la letra inicial de sus nombres.
Ambos ya fallecieron; sin embargo obviar sus huellas en su paso por la vida sería imperdonable e injusto con un recuerdo que se aviva cada vez que se acerca una fecha tan importante como el Día de los Padres.
A mi abuelo Renato Tur lo recuerdo antes de su jubilación cuando trabajaba como mecánico en la Base de Ómnibus de aquí de Las Tunas. Antes fue tapicero y quién sabe cuantos oficios más realizó… Todavía guardo su imagen en los últimos días de su existencia, reparando turbinas en su pequeño taller del patio donde permaneció incansablemente luego de su jubilación y en el cual ahora labora mi tío, heredero y buen aprendiz de un oficio que siempre le dio reconocimiento.
Pero a mi abuelo Renato lo recuerdo además por su extrema solidaridad. Valor que forjó durante años y años de práctica de la masonería. Por eso no era extraño encontrarlo solícito ante cualquier emergencia, visitando enfermos y acompañando a familiares y amigos en los momentos más difíciles.
Del respeto que inspiraba ni hablar, si no que lo diga mi madre que, a pesar de su mayoría de edad, nunca fue capaz de fumar un cigarro en su presencia porque sencillamente a él no le gustaba que lo hiciera. Entre nos, creo que ella siempre se lo ocultó.
Mi abuelo Reynaldo Higuera era todo un personaje: ocurrente, dicharachero, carismático. De su amor al trabajo también conocimos pues se desempeñó como electricista en diversas empresas, trabajó en una ferretería y sin temor a equivocarme puedo asegurar que se convirtió después en un maestro cerrajero, oficio que enseñó a sus hijos y más tarde aprendieron sus nietos como una verdadera tradición familiar.
Si de algo más podía jactarse era de ser honesto a toda costa. Decía las cosas de frente, sin adornos ni rodeos, sin ton ni son, a modo de buen cubano. Tajante en su modo de pensar y actuar.
Los dos, con defectos y virtudes, supieron formar una familia con no menos defectos y virtudes. De igual forma, tanto el abuelo Renato como Reynaldo nos transmitieron enseñanzas y valores. Por esa y más razones les dedico este espacio en el blog - creo bien merecido - como homenaje a ellos por tanto que hicieron por cada uno de sus descendientes y por lo mucho que les debemos hoy.

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