miércoles, 26 de agosto de 2015

Los tuneros dicen un hasta luego a su Cristo Crucificado







Dicen que las despedidas siempre son tristes; pero esta no. Cuando en la mañana de este 25 de agosto los católicos de la vicaría tunera nos reunimos en la Santa Misa para dar un hasta luego al Cristo Crucificado que por 74 años nos acompañó en el altar, experimentamos muchos sentimientos… ninguno tuvo que ver con la tristeza y sí con el sano orgullo, la alegría y el gozo de saber que la partida está más que justificada:
El Crucifijo del presbiterio del Templo Parroquial Mayor de San Jerónimo estará en el Altar de la Misa Papal que presidirá Su Santidad, el Papa Francisco, en Holguín el próximo 21 de septiembre.
Historia, cultura y religiosidad se dieron la mano en ocasión de una singular despedida para pasear por los orígenes de esta iconografía, conocer de su autora, Cruz Medina de Sánchez, quien también creó el escudo de esta ciudad, la imagen de La Dolorosa (hoy desaparecida) y del Cristo, réplica del original, que está emplazado actualmente en la Sacristía de la Basílica Menor y Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, en Santiago de Cuba.
Razones suficientes para sentirnos honrados, tal y como expresó el P. Ángel Andrés González en su homilía, porque la obra deviene patrimonio de este pueblo y constituye una de las piezas escultóricas más antiguas de la región.
Sin embargo, aclaró nuestro sacerdote, no solo se distingue la figura de la Cruz desde el punto de vista material, sino también porque en ella se resume el sentir de muchos, los sueños, aspiraciones, penas, alegrías y esperanzas de antiguas y presentes generaciones.
El Cristo Crucificado es un testigo más del tiempo, en el cual estará representada Las Tunas, mientras se realice la Misa Papal, en Holguín y se haga efectivo este bonito signo de comunión entre quienes habitamos este terruño.
Por eso es que ahora orgullosos y alegres solo le decimos a nuestro Cristo Crucificado un “Hasta luego”.

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