miércoles, 30 de septiembre de 2015

Quien no vive para servir, no sirve para vivir

Casi un centenar de católicos de las comunidades de San Jerónimo e Inmaculada Concepción de Las Tunas, y de otras zonas pastorales de Holguín, prestaron sus servicios durante la visita del papa Francisco a nuestra diócesis.

Fácilmente identificados con sus pulóveres verdes y gorras blancas, desde el sábado 18 de septiembre se concentraron en la holguinera Escuela Vocacional de Arte, conscientes  de que con su esfuerzo garantizarían la disciplina, la organización y la lucidez de tan significativo acontecimiento.


Ellos fueron responsables de la acogida a los peregrinos que asistieron a la histórica misa papal celebrada el lunes 21 de septiembre en la Plaza de la Revolución Calixto García, de la Ciudad de Los Parques, y para eso no fueron pocas las horas de insomnio, de largas caminatas, de soportar el sol y el intenso calor; pero igualmente disfrutaron con alegría de lo que hacían y además  estuvieron al tanto de cada detalle de la estancia en Cuba del Sumo Pontífice de la Iglesia Católica. 
De tal modo el cansancio, las tensiones y preocupaciones cedieron paso al gozo, la alegría y el  compromiso, que  resultaron claves para lograr el trabajo en equipo. Servir al prójimo, ayudarle en sus necesidades fue propósito esencial  que asumieron con entrega y armonía.

De ahí que muchos de quienes participaron en la eucaristía, presidida por el Santo Padre, se acercaran al final para ofrecerles palabras de aliento y agradecimiento por las atenciones recibidas.

Eso fue suficiente para que luego de intensas jornadas se sintieran reconfortados, con el dulce sabor de ser útiles. Ahora desde el anonimato hacen suya la frase con la cual el papa Francisco terminó la misa en la capital del país: "Quien no vive para servir, no sirve para vivir"


No hay comentarios:

Publicar un comentario