¿Industriales o Villa Clara? Esa es la gran polémica de muchos aficionados al béisbol por estos días cuando se discute el Campeonato de nuestro deporte nacional.
Así es frecuente entonces escuchar debates, acalorados a veces, sobre los azules y naranjas, equipos que se disputan el lugar cimero en este 2010.
En lo particular hubiese preferido ver a Los Leñadores de Las Tunas en la pelea por el título de la pelota cubana. Ya que no clasificaron, mi segunda opción se inclinaba hacia Las Avispas de Santiago de Cuba… En fin.
Disfrutar de una representación del Oriente de la Isla devino sueño irrealizable en esta temporada.
Los Industriales son una vez más motivo de conversaciones en las cuales confluyen amantes, detractores, críticos y seguidores.
Un buen amigo de la familia, habanero de pura cepa y de nombre Enrique Coloma, es uno de esos apasionados por el conjunto de la capital.
A los de su tierra los defiende a capa y espada.
Su preferencia la hace notar en llamadas telefónicas solo para confirmar: “Industriales Campeón”.
Las bromas al respecto son frecuentes, incluso, se atreve a tomarle fotografías con la gorra de los azules a quienes NO se declaran industrialista. Solo para jaranear.
Supongo que Enrique, ahora que no está bien de salud y lucha con todas sus garras para sobreponerse a su enfermedad, encuentre un aliciente en la transmisión de cada juego.
No obstante, el duelo de lanzadores y bateadores atrae la atención, sean de la provincia que sean. Gane el que gane. Cubanos al fin y al cabo competimos en sana rivalidad.
Pero como para el gusto se han hecho los colores, y si de escoger se trata, pongo mis esperanzas en los naranjas de Las Villas.
Lo siento, Enrique.Que la victoria sea para el mejor.
lunes, 22 de marzo de 2010
sábado, 6 de marzo de 2010
Libros y autores en Las Tunas
Miguel Barnet es un destacado poeta, ensayista y antropólogo de nuestro país. Ha publicado, entre otros títulos, Biografía de un cimarrón, Canción de Rachel, La vida real, Gallego y Oficio de ángel…
Es actualmente el Presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
Su obra ha sido galardonada con diversos premios, como el Nacional de Literatura, el Juan Rulfo de cuentos y en el año 2008 el Premio José Donoso de la Universidad de Talca, en Chile, por la obra de la vida.
Por estos días de Feria del Libro en nuestra provincia de Las Tunas quiero dedicarle este espacio porque tuve la oportunidad de conocerlo cuando visitó el Proyecto Cultural El Callejón de la Ceiba, donde el más crítico y selecto público que se conoce: las niñas y los niños, le otorgaron el mayor de los lauros cuando de aplausos y sonrisas se trata.
A mi pequeña Amanda María le dedicó un ejemplar de Akeké y la jutía, en una edición magnífica en sus ilustraciones y con una extraordinaria riqueza expresiva en textos donde se recrea, en un estilo de fábulas, nuestras raíces ancestrales para transmitirnos un mensaje siempre útil.
Es así como nos permite el disfrute a todos, sin distinción de edad, como a todos nos hace también reflexionar.
Los bueyes no se cansan
Los bueyes no se cansan. Trabajan como bueyes y no, no se quejan.
El eje, sin embargo, pone el grito en el cielo.
Una vez el eje estaba descentrado por el agotamiento y empezó a chirriar:
_ Cuic, cruak, cuic, cruak…
Artillero miró a Navegante de reojo y se le oyó el refunfuño:
_ Fíjate, Navegante, óyelo qué quejoso y nosotros que somos los que halamos la carreta no decimos ni esta boca es mía.
Navegante le devolvió la respuesta con un resoplido que levantó la tierra.
Ahora dice la fábula que así siempre pasa; los que más se lamentan son los que menos trabajan.
(Tomado del libro Akeké y la jutía de Miguel Barnet) Hermosa e instructiva fábula
Es actualmente el Presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
Su obra ha sido galardonada con diversos premios, como el Nacional de Literatura, el Juan Rulfo de cuentos y en el año 2008 el Premio José Donoso de la Universidad de Talca, en Chile, por la obra de la vida.
Por estos días de Feria del Libro en nuestra provincia de Las Tunas quiero dedicarle este espacio porque tuve la oportunidad de conocerlo cuando visitó el Proyecto Cultural El Callejón de la Ceiba, donde el más crítico y selecto público que se conoce: las niñas y los niños, le otorgaron el mayor de los lauros cuando de aplausos y sonrisas se trata.
A mi pequeña Amanda María le dedicó un ejemplar de Akeké y la jutía, en una edición magnífica en sus ilustraciones y con una extraordinaria riqueza expresiva en textos donde se recrea, en un estilo de fábulas, nuestras raíces ancestrales para transmitirnos un mensaje siempre útil.
Es así como nos permite el disfrute a todos, sin distinción de edad, como a todos nos hace también reflexionar.
Los bueyes no se cansan
Los bueyes no se cansan. Trabajan como bueyes y no, no se quejan.
El eje, sin embargo, pone el grito en el cielo.
Una vez el eje estaba descentrado por el agotamiento y empezó a chirriar:
_ Cuic, cruak, cuic, cruak…
Artillero miró a Navegante de reojo y se le oyó el refunfuño:
_ Fíjate, Navegante, óyelo qué quejoso y nosotros que somos los que halamos la carreta no decimos ni esta boca es mía.
Navegante le devolvió la respuesta con un resoplido que levantó la tierra.
Ahora dice la fábula que así siempre pasa; los que más se lamentan son los que menos trabajan.
(Tomado del libro Akeké y la jutía de Miguel Barnet) Hermosa e instructiva fábula
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